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Foto del escritorImperitura

El propósito personal y la motivación

Actualizado: 30 ago 2021

Como ya lo escribí, estuve viviendo mi vida en “piloto automático” sin entender cómo estaba perdiendo mi tiempo, el activo más valioso que tenemos en este plano. Solo los humanos solemos escudarnos en que las situaciones en algunos momentos de nuestras vidas están en nuestra contra y no vemos la salida simplemente porque tenemos miedo o no tenemos motivación.


Por muchos años no era capaz de ver qué era realmente lo que quería hacer con mi vida. Me sentí perdida, sin encontrar mi camino, sin sentirme verdaderamente completa. Por supuesto tengo una buena vida y estoy agradecida por todas las cosas buenas que me han sucedido, pero tener una buena vida y ser agradecido no es tener una vida completa, porque en el fondo he sentido el vacío de no saber qué estoy haciendo. Esto no se trata de una pareja o un trabajo o de cosas externas, va mucho más allá de eso. Por eso conocemos personas que en apariencia tienen vidas perfectas pero no son realmente felices y completos. Así como no hemos aprendido a escuchar a los demás, mucho menos nos hemos aprendido a escuchar a nosotros mismos.


Y cuando la vida carece de propósito también carece de motivación. Esa fuerza interna que casi que obliga a realizar y a perseguir eso que tanto se desea. Sin la meta fija no hay una razón interna para levantarnos a hacer lo que sale del corazón. No estoy hablando de las obligaciones que sí o sí se deben realizar, sino de los sueños que por más locos que parezcan, son los que sacan una sonrisa si se piensa en ellos.


Yo hubiera querido ser ese tipo de persona que tenía claro qué quería hacer con su vida desde siempre; nunca lo fui y eso me mortificó el suficiente tiempo como para sentirme culpable por no saber nada y en especial por perder el tiempo. Era imposible no compararme con otras personas más seguras o por lo menos más valientes en apariencia. Y digo en apariencia, porque ahora he entendido que desconozco las luchas y los dolores de los demás, y solo son suposiciones mías. Cada cual anda en su proceso.


Ya he perdido casi que toda la culpa que sentí por mi falta de claridad; me di cuenta que he vivido la vida de tantas formas posibles que he descubierto en mí, habilidades que no sabía que tenía y he adquirido unas nuevas que no creía que pudiera aprender; estas me han ayudado en tantos momentos de mi vida, manifestándose en situaciones puntuales que hoy en día veo en retrospectiva como un montón de situaciones causales más que casuales, que me trajeron a este momento de mi vida, tal vez el más importante a nivel personal, donde siento que encontré el camino a casa, a mi ser interior.


Es este momento pienso que la vida es una sola y no veo la necesidad de vivirla de una sola forma. Lo que sí quiero es que las formas en las que decida vivirla, me hagan feliz y me inspiren a hacer cosas nuevas y sobretodo a ser coherente conmigo misma. Cuando el destino final es claro, se buscan los medios para llegar a él. Lo más importante es estar seguros de que estamos haciendo lo que nos sale realmente de adentro y seguramente eso traerá el equilibro para la vida propia en la mayoría de los aspectos, sino en todos.


Imperitura.




Foto de Anete Lusina en Pexels


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