Tengo la fortuna de tener como maestra de tarot a una de mis grandes amigas. “E” y yo nos conocimos porque una amiga me la recomendó para que me hiciera una lectura de cartas hace más de 12 años; desde ese momento no ha dejado de ser mi pitonisa (o el Oráculo, como le dicen mi esposo y sus amigos) y en especial mi confidente y consejera. La pasión que tiene por su arte es insuperable; aunque conoce a la perfección el tarot, no deja de ser una estudiante continua de muchas de las artes ocultas para poder transmitir su conocimiento a sus alumnos y cada día acercarse más a la perfección como buena Géminis ascendente Virgo que es.
Me siento muy feliz de decir que yo fui una de sus primeras alumnas. Después de rogarle por años que me dictara clases, como sé que muchos otros de sus pacientes lo hicieron, me incluyó en su selecto grupo para aprender sobre numerología, y de ese primer curso, saltamos al primer grado de tarot. Y en estos cursos tuve la segunda fortuna de encontrar a “G”, mi compañera, y ahora también amiga del alma, con la que he podido compartir cada parte de este proceso.
La primera lección que nos dio fue la importancia de la ética en la lectura de las cartas y con esto entendí que ella es la maestra ideal que todo alumno debe encontrar. Ella me recalcó lo importante que es ser una maga con un alto sentido de la ética (muy en concordancia con mi maestro de astrología) y la importancia de tratar a las personas como seres humanos. Más que una simple lectura de tarot, es una terapia donde se habla lo que se ve en las cartas, pero sobre todo se escucha al que te consultó.
Por supuesto que en este arte hay mucha intuición de parte del tarotista que debe ser escuchada; sin embargo nunca me terminarán de convencer los que ponen por delante sus supuestos “dones” y se limitan a decir “me llegó del más allá x información” pero no la sustentan con el conocimiento aprendido en las cartas. No estoy diciendo con lo anterior que no haya seres con dones y talentos maravillosos, si no me refiero a los mercaderes y ególatras que no leen las cartas con vocación de servicio, sino para inflar sus egos, sintiéndose especiales y superiores. Les recomiendo leer mi post sobre “Los Mercaderes de los astros” para más información sobre este tema.
Como todo arte, requiere de estudiar, aprender y practicar mucho para poder llegar a la maestría. Y “E” es la maestra que te motiva a aprender y practicar, pero sobre todo a mirar que lo que se le está diciendo al consultante es lo que sale verdaderamente en las cartas. Otra lección que le aprendí y que siempre me acompaña, es que la maga o el mago que interpreta no es infalible. Estamos sujetos a equivocarnos por lo que siempre se debe usar un lenguaje ameno y con mucho cariño, para que quien consulta salga feliz con la información recibida y no sea un baldado de agua fría para nadie.
Por el afecto que les tengo a “E” y a “G”, en homenaje a ellas, quisiera escribir mi experiencia con lo aprendido y mi interpretación personal sobre cada uno de los arcanos mayores. Desde esa emoción nace “Tarot desde mi cristal”, un nuevo espacio en mi blog, con publicación semanal. Para empezar, iniciaré este viaje de arcanos mayores como inicia el tarot, con el Loco. Una entrada sobre una carta maravillosa que nos muestra que el punto de partida puede ser también punto de llegada aunque parezca imposible.
Amigas de mi alma, gracias por siempre estar, por el apoyo que son para mí y por ser mis confidentes. Espero hacerles el honor que se merecen con este homenaje. Juntas hemos superado a la temida Torre gracias a todo lo aprendido, compartido, reído (la risa que nunca falte), llorado y comido durante todos estos años. Muchas vidas compartiendo con ustedes mis queridas brujas.
Imperitura.
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Yo, la más bendecida de encontrarnos en este camino, ser un trío de Alegría y de aprendizaje! De conocimientos en expansión, de amistad sin límites e incondicional, de ser las tres!