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El destino: Un accidente

Actualizado: 17 jul 2022

Una de mis mejores amigas tiene una fascinación por la palabra "destino". Es una de sus favoritas porque sonoramente le parece muy bella, y supongo que también por su significado: "lugar a donde va dirigido alguien o algo". Y aunque, en mi opinión, existe el libre albedrío, muchas de nuestras vivencias se dan por la mano del destino. Las coincidencias felices y las no tanto, hacen que el camino tome una nueva ruta impensada.


Hoy voy a centrarme en tres situaciones de mi vida, conectadas entre sí, donde el rumbo cambió de manera completa por una serie de sucesos inesperados que me llevaron a una persona que fue muy importante para mí, y también significó el retorno a mí misma.


1. Abril 30

Ese fue el día en el que casi muero. Literalmente estoy hablando de cuando abracé la idea de que algún día iba a dejar este cuerpo terrenal, para volver al todo, pero ese no era mi día.


Tomé un taxi porque iba tarde al trabajo y le pedí al conductor que fuera rápido a pesar de que estaba lloviendo, y la ciudad en donde vivo se torna peligrosa por el agua. A mitad de camino, los frenos del taxi no reaccionaron por la lluvia, por lo que terminamos estrellados contra un bus de servicio público. Y como yo no tuve la precaución de usar el cinturón de seguridad (en serio hay que usarlo SIEMPRE), salí volando y mi cabeza golpeó el panorámico haciéndole una grieta, aunque para mi fortuna, no se rompió.


Estuve inconsciente por algunos minutos, y me desperté todavía en el taxi, con un fuerte dolor de cabeza y de cuello, pero sin un solo rasguño. Cuando llegaron los paramédicos se sorprendieron de que me encontraba casi ilesa, porque el taxi estaba destrozado, perdida total que llaman las aseguradoras. Para mi fortuna, hasta este momento no he tenido consecuencias de ese golpe y me recuperé a satisfacción.


Sería un estrellón como cualquier otro, si no hubiese sido porque soy consciente de que ese día comenzó a cambiar mi vida. Recuerdo esa fecha a la perfección, ya que después de esto sentí que tuve un reseteo. Empezó con darme cuanta que perdía mi tiempo con la persona que salía porque no era lo que yo quería para mí, el trabajo que tenía no me hacía feliz, estaba muy perdida de mí. Y con todo lo anterior, al final me di cuenta de que significaba que necesitaba cambiar de vida con urgencia.


Una de las situaciones más determinantes es que a los dos días del accidente, peleé con la persona que estaba saliendo. Me acuerdo mucho, de que le dije a un amigo que qué tal si esa noche yo conociera al amor de mi vida, y todo cambiara de repente. Fue casi como una predicción, porque nada volvió a ser lo mismo, y aunque no encontré al amor de mi vida, si me reencontré con alguien que me hizo sentir como si me hubiese pasado un tren por encima. Un tren que pareció muy feliz por un momento, aunque al final eso no cambiaba que era un tren atropellándome.


2. "JM"

A "JM" yo ya lo conocía, pero jamás me había interesado, No era mi estilo de hombre en su físico ni mucho menos de personalidad. Solo que ese 2 de mayo fue como si todo se hubiese alineado para un encuentro planeado en otro tiempo; únicamente puedo decir que me enamoré irrevocable, en ese momento, sin saber porqué esa misma noche; fue como recordar que en otro tiempo ya lo había amado. Parecía un reencuentro con alguien determinante de una vida pasada.


Casi que no sé cómo explicar con palabras lo que sentí por él; me vi sumergida en una emoción que era linda, pero al tiempo me aturdía, sacaba mis inseguridades a flote, y por algún motivo estaba fuera de mí. No estoy siendo romántica, es literal como estaba yo por él. No duramos mucho menos mal, había más drama del que hoy sería capaz de tolerar, aunque cortar definitivamente con "JM" fue casi un imposible. Él no me soltaba y yo tampoco lo hacía; íbamos y veníamos, siempre con la sensación de que nada había terminado aún, aunque sí.


Lo único que sé es que yo no volví a ser la misma persona desde que él salió de mi existencia; de alguna forma, "JM" significó un cambio y fue el camino para reencontrarme ahí sí con el verdadero amor de mi vida: yo.


Cada situación que pasó después de esa relación, me hizo replantearme casi todo acerca de mí; recordé qué era lo que yo en realidad quería en una pareja y en especial a entender que mi mejor compañía soy yo. Cada cosa que dolió, me hizo sanar de una manera positiva, y hoy, gracias a mi esfuerzo y a las situaciones en las que "JM" me puso, puedo decir que soy muy fuerte. A lo mejor algún día hablaré de esta historia con más detalle, pero hoy no será.


3. La radio

Como ya les conté, el día del accidente iba tarde para mi trabajo: la emisora juvenil más importante del país. Yo era una de esas personas que hablaban mierda en el programa de radio de la mañana, trabajo en el que me divertía como nada, o eso creía.


Esta no era mi primera experiencia en radio, ya que antes trabajé en la emisora de la competencia. Allí, fui rodeada por personas mayormente maravillosas; tuve la oportunidad de aprender mucho y de enamorarme de los micrófonos, y sobre todo fui muy feliz. Mi jefe de esa emisora es una persona a la que le guardo total afecto porque siempre me hizo sentir que yo era capaz de todo, y que era muy buena en mi trabajo.


El cambio no significó más felicidad; representó en mí la perdida de quién soy. Estar en esa emisora hizo que dejara de ser yo para siempre actuar un personaje, al aire como fuera de él. Después del accidente empecé a sentir que esa emisora, y la radio en general, ya no eran mi lugar.


Aceptar que mi amor por la radio no era suficiente para seguir en ella, ha sido de las cosas más difíciles que he tenido que enfrentar. Y era obvio que no era ella, era yo. Me encontraba tan perdida, tan fuera de mí, a pesar de que amaba lo que hacía. Me estaba desapareciendo tanto en la radio, que ya no sabía bien quién era; me olvidé por completo de mi verdadero yo.


Todo esto generó en mi depresión, ansiedad y angustia existencial; al final tuve que tomar la decisión de dejarla, y aunque fue muy doloroso, fue lo mejor que pude hacer por mí. Después de superar esta especie de mal de amor, lentamente fui encontrando el verdadero camino de mi alma.


Y no digo que no volvería, pero ya no sería como en el pasado. Debe ser un proyecto que me genere emoción y amor, donde pueda ser yo sin dudarlo. Es por eso tuve la oportunidad de hacer un pódcast con unos grandes amigos, y al final fue una experiencia maravillosa, que repetiría una y mil veces. El amor por los micrófonos no ha muerto y creo que siempre me acompañará.


...


El accidente fue uno de esos momentos donde se me dio la oportunidad de rectificar mi camino; me llevó a unas de las lecciones más importantes de mi vida, que siguen influenciándome y me trajeron a ser quién soy hoy.


Tengo otro momento tipo destino que sucedió un par de años después, y ese sí era mi futuro, pero es tema para un próximo post. Solo puedo decirles que decidan cuando les sea posible, que habrá momentos donde deberán dejarse llevar por el destino. Los encuentros que él trae, pueden ser fantásticos de una forma muy extraña.


Imperitura.





Foto de Pamela Marie en Pexels


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