La energía femenina se encuentra condensada en la fuerza de La Emperatriz, soberana de la naturaleza y protectora por excelencia del tarot. Ella es la dueña de los ciclos y de todas la cosas que nacen y crecen. Nada se gesta o germina sin su presencia. Es una carta que nos enseña con la sabiduría de la naturaleza; todo llega en el momento indicado, cuando se ha madurado a su debido tiempo, porque se ha logrado la paciencia que regala el entender los ritmos naturales de la vida.
La Emperatriz es una fuerza femenina dominante, que sabe cómo realizar sus planes para lograr sus metas; sembrando en la estación correcta y cuidando de los cultivos, todos los proyectos llegan a feliz término, sabiendo apreciar las pequeñas cosas de la vida y en constante conexión con los sentidos. Representa el cuerpo y su cuidado, ya que es algo valioso que merece respeto porque es el vehículo del alma en esta existencia.
Al poseer el poder de la naturaleza y de la Madre Tierra, se relaciona con la fertilidad, entendiendo que ella no está únicamente asociada a la maternidad, sino a los proyectos, las ideas y la creatividad. Son todas esas creaciones que se encuentran en el éter y toman forma en la imaginación, volviéndose realidades en la materialización del plano terrenal. También representa el equilibrio emocional que permite apreciar el mundo físico al conectarnos con la realidad, armonizando con la inteligencia y la emoción.
Esta carta simboliza a la madre, a la fertilidad, la afectividad, el derecho a ser felices. En el plano físico es una mujer sensual, seductora y femenina dotada de todos los dones, que le permiten llegar a donde ella lo quiere, con energía positiva, tranquilidad y equilibrio.
También sugiere el inicio de una etapa práctica, más terrenal con la sensación de protección, seguridad y confianza en la vida. Todo lo dado por La Emperatriz, por lo general llegará a buen puerto y a un final feliz, al ser un periodo vital y de salud óptima; simboliza la fuerza necesaria para lograr cada cosa, sí hay decisión y no hay miedo a ser arriesgado.
De naturaleza abundante, está dispuesta a superar los límites conociendo lo que es realmente importante. Ella nos regala la paciencia suficiente para entender que se necesita un tiempo de gestación y cuidado, y así podamos llegar al nacimiento sin mayores contratiempos y en el momento adecuado.
Los instantes creativos entregados por La Emperatriz, permiten emprender nuevos proyectos que a lo mejor no hemos contemplado, pero que seguramente nos regalan algo importante para nuestro paso por este plano.
La Emperatriz es esa mujer que puede realizar lo que se proponga, y en todo lo que se involucra da lo mejor de sí. Es madre, esposa, trabajadora, emprendedora, amiga y confidente. Es la mujer que se destaca sobre las otras porque es capaz de satisfacerse a sí misma, sin dejar de cumplir con las responsabilidades que tiene con los demás. Y aunque le cuesta renunciar a sus posesiones materiales y a la sensación de control, también indica que debemos saber cuándo soltar y entender que todo puede llegar a su final.
En esta cuarta entrada de “Tarot sobre mi cristal”, El Loco, gracias a La Emperatriz, entiende que es también una criatura material porque vive en un cuerpo físico y con ello puede descubrir su propia luz y su propia oscuridad; con esta carta entramos al camino del cuerpo y de la materialización de nuestra vida.
Imperitura.

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